Ayer fue un día lluvioso aquí en la gran urbe, las calles se convertían en ríos, los carros se quedaban atascados, los niños jugaban en la lluvia, en fin, pero que pasa después que termina la tormenta, pues aquí en la casa se no antojo comer pan dulce disfrutando del clima tan agradable que dejó la lluvia.
Entonces fui a comprar el pan, eran tanta la gente que tuvo el mismo antojo que me tuve que estacionarme lejos, entre a la panadería y estaba llena, estaban arrasando con los panes, ya no había cestos, ni pinzas para agarrar el pan, entonces espere frente a la barra despachadora a que un señor desocupara la suya y justo cuando la iba agarrar pasa una mano por enseguida de mi y agandaya el cesto, entonces lo volteo a ver con una mirada matadora al señor, que me dice “aaaaah tu la querías usar”, y respondí “clarooooo que si”, entonces el señor me la devolvió y se fue a buscar otra… y es así como logre llegar con todo el pedido de pan a mi casa, de lo contrario ese señor pudo ver agarrado los últimos dos cochitos que quedaban. |
3 comments:
Cuando llueve mi antojo es siempre el café, sobre todo si tiene canela. Es como una reacción automatica en mi cuerpo.
Salud con café con leche y panecito, por estas ricas lluvias.
de hecho lo comimos con café, estaba de reeeeechupete! y en efecto laura es una perfecta combinación café y un dia lluvioso
Cafe, dia lluvioso y cigarro...mejor aun si va acompañado de una buena charla.
Post a Comment